Escribo esta carta al amor escondido que detrás de una esquina me espera, no con la desesperación de encontrarlo o de que venga a mí, sino con la certeza de que estoy listo para recibirlo y entregarme con locura, la misma que la soledad me provocó hasta el borde de la tristeza absoluta.
Te escribo porque hoy sé que existes, porque entre las rendijas de la incertidumbre emerge una luz en la cual, sin saberlo, ya pertenezco.
Y los deseos vuelven, las ilusiones ven una nueva esperanza, cuando los movimientos lentos del más ligero roce del viento me hacen estremecer, sentir que hay algo que me espera, silente, la cosa más maravillosa convertida en mujer.
Por eso termino diciéndote que así como declaré las puertas cerradas, hoy quito los cerrojos del miedo y la desesperanza, abro los ojos a las posibilidades y sobre todo quito la tranca del rencor aglutinado en mi corazón, he logrado vaciarlo y hoy no queda más en él que amor.
Atte.: El poeta ilusionado.
PD. El negarte es negarme a mí mismo porque soy a partir de ti o al menos de una versión de ti. Por eso me declaro creyente del amor.
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Hermoso texto. Un tipo un día me dijo que ser o escribir cosas cursis, es un arma de doble filo, porque te puedes volver un gra escritor o un verdadero cretino. Felicidades escritor. Me agrada leer esta parte que la tenías tan bien escondida. FELICIDADES MANO. Saludos.
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