Una noche como esta, caminaba sin rumbo fijo, el cielo está nublado y viajo a mis adentros mientras sigo el camino. No sé en qué momento una de esas nubes estaba debajo mío, pero el suelo era de algodón, el viento surcaba mis oídos. Le pedí a la nube que me llevara a la luna, en algún momento me quedé dormido... al despertar me hallaba enredado entre el cuerpo de una serpiente que me embelesaba con su aliento tibio, su cara era confusa,parecía hermosa al principio, conforme la velocidad arreciaba, parecía que se desfiguraba para que viera la realidad de lo que creía tentación, de lo que creía mi vida, de lo que pensaba mio eternamente.
La nube comenzó a desmoronarse debajo mio mientras lloraba porque la había traicionado,no se si sus lágrimas eran de calor o si eran de tristeza, había dejado entrar un ave en nuestro paraíso, aunque era algo más similar a una gárgola disfrazada de gorrión que conforme la nube caía por el peso de la mentira, el calor de la tierra la comenzó a hacer neblina, triste por mi nube y por tu ausencia no supe distinguir lo que eras. Pero salió el sol y supe donde estaba, donde comencé antes de estar contigo... en el suelo, pero de pie.
Hoy todo está claro, hoy recuerdo que fuiste tu la que nos tomó por asalto, tu maldita gárgola, ente oscuro que vive de hacerse necesaria y largarse cuando parece indispensable, hoy lo sé, hoy... tantos años después lo entiendo, hoy mi nube está en el cielo y estoy más cerca de la luna y nadie me la quitará de nuevo,no habrá víboras oportunistas que se atrevan a tocar lo que es mio, si es que alguien llega tendrá su propia nube y volará junto conmigo... pero esa no eres tu.
martes, 15 de noviembre de 2011
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