miércoles, 16 de noviembre de 2011

Te pertenezco

Del cementerio en la penumbra
en pena las almas vagan
graciosas y gentiles algunas
mas todas algún día se apagan

En las noches las estrellas reinan
y su tiritar ilumina diversos cielos,
firmamentos fingidos que llenan
de banalidades a los ojos sinceros

Así como las estrellas y las almas
nuestras vidas se han de consumir
algunas por agua, otras en llamas
pero todos hemos de morir.

La cuestión no es cuando ni como
sino el arrojo con el que la enfrentemos
firme, seguro, sin enojos
como los héroes de los ancestrales tiempos.

¿Te preocupa qué hay más allá de la muerte?
porque a mí me ilusiona lo que hay más allá de la vida
no importa cual sea nuestra suerte
si finalmente crecemos cada día.

Morir bien, dolorosamente, solo o en compañía
no me importa la forma, el momento o la agonía
me importa que lo que he vivido egoístamente mio
como el agua al río.

Como los pájaros al aire
nosotros le pertenecemos a alguien
huesuda, flamante e infalible
sin ojos, sin carne,
pertenecemos a ella y hemos de entregarnos
queriendo o no, a tiempo siempre,
nuestro reloj camina, avanza inexorable
más vale que cada paso valga la pena recordarle.

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