viernes, 27 de enero de 2012

La Batalla

De nuevo solos.
Dos inseparables, dos... ¿acaso esos somos? Lo dudo... tu y yo no somos tu y yo, simplemente somos, mejor dicho simplemente soy... Insisto en personificarte en hacer semiosis de ti, en quererte viva.
¡Estúpido!
Me llamo y soy simplemente estúpido: de nada sirve hacerte, inventarte, retorificarte; si no me tocas, si no me hablas si no me besas, si no me entiendes, si no me escuchas...
Te he llamado amiga, insufrible, cómplice... insisto en creer que existes para evadir la lenta autodestrucción, enfrentar la ineludible realidad de mi fracaso.
Orgullo, vanidad, estafas nombradas con diversos sinónimos que convergen en la mente de un Nietzche,con aspiraciones de grandeza y un deseo permanente de neurosífilis; autodestrucción silenciosa disfrazada de poesía; rotundo y brutal resumen de mi propia existencia, incluso presionar me resulta un esfuerzo inconmensurable...
¿Cómo dividirlo? ¿Por orden de aparición?, ¿por orden de patetismo? o ¿simplemente al azar...?
Lo prefiero así, al azar, pero, sin preferencias carnales, sin decir existes y eres perfecta, sin decir me encantas, sin decir eres todo, porque implica que no soy nada, aunque eso no está muy alejado de la realidad, nada a cambio de todo... Sinceramente ¿quién entraría a esa transacción?
Por eso insisto en que eres real, te odio, pero estamos encadenados aunque trate de olvidarte, aunque trate de martirizarte con mi patetismo, sigues cercana y entre más te aferras más te odio y entre más te veo, más me desilusiono...
Al final ¿de qué sirven las ilusiones, si la realidad se empeña en destruir los unicornios? ¿de qué sirve querer si todo termina?, de nuevo ¿para qué?
Momentos y más ilusiones, nada hará que sea lo que fui, si es que lo fui, nada hará que cambie mi rumbo porque me encuentro a la deriva, tal vez así encuentre mi camino; en el desierto encuentre un oasis, tal vez entre el calor me funda, me vuelva agua salada y llegue a ser parte del mar y permanezca en la deriva del sueño. ¿Seré capaz de ser realmente nada? ¿Por qué preocuparme por eso cuando tal vez ya soy nada? Y sigo siendo y estando solo, como desde hace tanto que parece siempre. Quiero creer que puedo ser, pero mientras no pensaré en nada, sin ser aspiraré a lograr, a encontrar y sobre todo a moverme de tanta oscuridad, aunque me gusta que nadie me vea, estoy cansado de no existir. Los ojos me duelen de regresar a la luz, pero lo prefiero. Estoy en el momento justo para cambiar o para congelarme. Ser o no ser, no es una pregunta, es una lucha constante... una batalla feroz en contra de aquellos que se empeñan en destrozar la realidad que tanto nos cuesta sobrevivir.

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