Callado, desde la penumbra negra
Veo escapar mis esperanzas vagas,
Pues este corazón enfermo espera
El viento que me acerque a tu mirada.
Aquel que de las amarras me suelte,
Esas que están hechas de cobardía
Que me atan a la orilla de este muelle
Y no permiten que disfrute el día.
Mas la gran fuerza de este sentimiento
Comienza a agitar las aguas profundas
Los sueños quieren salir de su encierro,
De la oscura celda en la que se enfundan
Por el temor que despierta el misterio
De esos, tus ojos, que a mí me deslumbran.
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